Para comenzar he de decir que hacía ya bastante tiempo que
no iba de pesca y mucho menos de la compañía de mi hermano. Además tampoco
había pescado nunca ningún siluro, por lo que esto suponía otro punto a favor a
la hora de decidir si ir o no de pesca.
Al llegar al pantano todo apuntaba a que iba a ser un buen día de pesca, de la compañía de Juan Carlos Capilla (Depredators Guides Extremadura), quién hizo de guía a bordo de su barca (La Perla Negra) y dejándome su material ya que yo no disponía de él (Hart Bloody Hartcore C EVO + Hart Phantom).
Durante la mañana
anduve algo desanimado ya que tuve tan solo un par de picadas y al
carecer de la técnica no supe clavarlos bien y por tanto se escaparon, pero al
menos mi hermano me dejó sacar un par de siluros de los primeros que él clavó
para que fuese viendo cómo peleaban esos peces. Cabe decir que estos dos
primeros que saqué eran chiquititos y no opusieron gran resistencia.
Más tarde nos bajamos de la barca un rato para comer y
descansar después de toda la mañana a flote y tras ello nos pusimos de nuevo
manos a la obra. Nada más llegar al sitio tras terminar de comer me avisaron de
que en la sonda se observaban siluros grandes, cosa que hasta entonces no
habíamos visto y que de hecho fue decirlo y notar una fuerte picada que esta vez supe aguantar
hasta que la puntera de la caña tocó el agua y fue entonces cuando clavé el pez
y comenzó la batalla, una batalla que prometía y que de hecho comenzó con
buenas sensaciones, pero para desgracia mía el pez se soltó tras un par de
minutos combatiendo el pez con mi inexperiencia.
Esto me desanimó un poco pero
volví a echar un par de lances más aún con las piernas temblorosas y justo en
el último lance antes de abandonar el lugar fue cuando volví a notar una fuerte
picada que prometía una gran batalla y no fue para menos. Me levanté y anduve
peleando al pez con mi hermano y Juan Carlos a mi lado dándome consejos y
corrigiendo mi postura ya que al no saber muy bien cómo hacerlo me estaba
destrozando la espalda. No pasó mucho tiempo hasta que conseguí ver las
primeras burbujas y observar el tamaño del pez, aproximadamente 1,9 metros de
longitud. El momento de calma llegó cuando tuve a esa bestia en mis brazos, el
primer siluro en condiciones que subía en el barco en todo el día y que de
hecho resultó ser el más grande de todos al final de la jornada.
A lo largo de la tarde siguieron saliendo más siluros como
el de mi hermano, de gran tamaño también y con el que tuvimos problemas ya que
se cruzaron las líneas, y además algunas picadas que se escaparon a última
hora, cuando volvieron a resistirse los siluros y finalmente tuvimos que
abandonar y volver a casa con buen sabor de boca y experiencias a contar.
Muy buen dinosaurio,si señor!!
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