domingo, 12 de enero de 2020

Último pez de 2019

Último pez del año🎣🐳
Justo el día 30 de Diciembre organizamos una salida en busca de siluros a lance desde orilla. El objetivo era que Julian Martin Pescador pinchara su primero y disfrutar de un buen día de campo ya que llevábamos un montón de días de sol y buena temperatura dadas las fechas. Sabíamos que no iba a ser nada facil porque las condiciones no eran nada favorables, pero solo con pasar el día de campo, el buen paseo y la gran compañía merecería la pena.
Elegimos una zona para tocar preciosa, donde tras una buena caminata a través del monte junto con Adrian Jimenez Leal y el pequeño Adri llegamos al agua. La zona estaba preciosa, pero no había nada de actividad, el agua estaba congelada y augurábamos un gran bolo, por lo que comimos pronto y Julian y yo marchamos a otra zona aunque nos costase andar otros tantos kilómetros.
Al llegar a la segunda zona, pintaba algo mejor el tema y al poco tiempo Julian tuvo una picada que nos dio esperanzas. A no mucho tardar, volvió a tener otra picada que logro clavar pero se trataba de una bonita lucioperca, no era lo que buscábamos, pero al menos libraba el bolo.
Ya sin esperanzas algunas, seguimos lanzando y ahora me tocó a mi, picadón serio y caña doblada sin poder mover lo que había al otro lado. Aviso a Julian de que llevaba algo serio y le paso la caña para que supiera lo que era una pelea con un animal de estos. En cuanto la coge, empieza a andar por la orilla obligado por el pez, sacando la linea que quería con el freno cerrado y forzando. Algo raro sucedía porque se quedo a nada de vaciar el carrete, y un siluro jamás me ha hecho eso salvo dos que he clavado por la cola y ya me parecía raro.
Al final, tras una lucha infernal logramos aparcarlo en la orilla, una odisea para pillarlo por la cola pero finalmente nos pudimos fotografiar con el.
Un regalo que el último pez del año sea ese, cuando lo que más me esperaba era irme bolo para casa. Un pez grande, gordo y sano que no podía levantar, me tuvo que ayudar a ponérmelo encima de las rodillas. Y tras la gran alegría que nos brindo, al agua de nuevo y nosotros para casa más que contentos. Una maravilla compartir momentos así con grandes amigos.