Nada más llegar decidimos pegarnos el hartón de andar para explorar la zona y tras cerca de una hora sin dejar de pescar, al primer lance tengo una picada de un lucio que rondaría los 6kg delante de mi, vuelvo a lanzar y esta vez lo clavo y llegando a la orilla se deshizo del anzuelo. La mañana prometía, hemos podido disfrutar de muchísimas picadas y lo mejor es que veíamos todos los ataques, nos lo hemos pasado como enanos, me alegro de no haberme quedado en casa.
Estos han sido los dos más grandes que hemos sacado:
-6,310kg
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